¿Qué es la Práctica IV -Social? 2020 01

La práctica IV, comprenden la proyección social que surge de la lectura del contexto tanto a nivel económico, como político, social y cultural, para posibilitar la construcción del conocimiento significativos, a fin de incidir en su transformación mediante las interrelaciones entre los sujetos que enseñan o aprenden, relaciones que involucran encuentros desde la praxis pedagógica con educandos que tienen referentes socioculturales y diversas experiencias de vida, las cuales no solo deben ser comprendidas, sino también respetadas y valoradas por el significado desde la singularidad y pluralidad.

Es por ello que, como lo expresa Vaello Orts, (2005) las intervenciones sociales se relacionan con una sucesión de hechos que permean el manejo de las relaciones inter e intrapersonales que van dejando huellas significativas en nuestras vidas dado que como seres sociales, vivimos en interacción con la otredad. Situación que suscita especialmente en el maestro, como modelo en la transformación de proyectos de vida, la necesidad de disponer de un repertorio de conductas socialmente aceptadas para interrelacionarse adecuada y asertivamente con los equipos multidisciplinarios de su contexto.

De acuerdo a lo anterior, varios autores indican que las habilidades sociales, son el resultado de un proceso de enseñanza y aprendizaje, asunto muy demorado que empieza en el seno familiar, continua en la escuela donde los niños y niñas tienen un lugar apto para trabajar conductas inter e intrapersonales que potencien relaciones efectivas y socialmente aceptadas, por cuanto las habilidades sociales son un conjunto de conductas que mediante un entrenamiento adecuado pueden adquirirse.

En esta misma línea, la práctica IV con énfasis en lo pedagógico e investigativo da cuenta del cumplimiento de la misión de la Universidad en la cual reza: “generar, conservar y divulgar el conocimiento científico, tecnológico y cultural y para la formación de profesionales con conciencia crítica, ética y social; con el fin de contribuir al desarrollo integral de la sociedad”, como principio que orienta sus acciones. En este sentido, los educandos deben tener una mirada social: integrando una actitud de servicio intencionado, comprometido y consecuente con la población a intervenir, la cual vive, sueña y trabaja por conseguir condiciones de vida digna y por el reconocimiento de la otredad pero también por la pertenencia a una comunidad.

Es por ello que, una de las grandes querellas que actualmente los agentes educativos deben enfrentar, están centradas en el cómo preparar a sus estudiantes para incursionar en el mundo laboral, de ahí que según el Foro Económico Mundial (2016) las ocupaciones más demandadas actualmente en las industrias no existían hace años. Para contrarrestar la incertidumbre sobre los retos laborales que esta revolución presentará habrá que considerar seriamente el enfoque del desarrollo de competencias del siglo XXI, una tendencia que va tomando fuerza de manera global. Se argumenta que las 10 habilidades blandas que demandará la industria hacia el 2020 son, en orden prioritario: la solución de problemas, el pensamiento crítico, la creatividad, gestión de recursos humanos, coordinación con otros, inteligencia emocional, juicio y toma de decisiones, orientación hacia el servicio, negociación y, por último, flexibilidad cognitiva. Así, de acuerdo con este enfoque debemos reflexionar y actuar para que la enseñanza-aprendizaje actual responda a los retos, pero también oportunidades, de la cuarta revolución industrial (Romero, Lille, & Patiño, 2017)

Para materializar la intención formativa a partir de los procesos de intervención psicosocial pedagógica enunciada, las propuestas se desarrollan con poblaciones de niños, adolescentes, jóvenes, adultos mayores; en contextos donde se evidencian problemáticas sociales. De ahí que como lo expresa Vargas (2009) el curso se orienta a proponer y forjar, un trabajo integrador que tenga en cuenta el ser humano en todas sus dimensiones, la diversidad y el contexto en que se desarrollan para que el profesional en formación se reconozca a sí mismo, como un sujeto capaz de afrontar los múltiples retos que exige la educación del siglo XXI y de esta manera se proyecte como profesional que articula, enriquece y recrea el conocimiento como un agente dinamizador y transformador de contextos sociales.

Los estudiantes de práctica 4 con énfasis desde lo social, durante el semestre realizaron diversos productos, resaltando como su trabajo representativo "Propuesta social", tales como: